Aimeric de Peguillán

España, siglo XII. Trovador, hijo de un mercader de paños, aprendió a cantar bastante mal, según dice su Vida; pero fue el amor quien le enseñó a trovar muy buenas canciones a una vecina. Afrentas y riñas entre él y el marido de la festejada le hicieron huir de Toulouse, teniéndose que refugiar en Cataluña. Allí, Guillem de Bergadán, desde que le oyó la primera canción, le dio su palafrén y su vestido, acogiéndole con gran favor. Cuando Bergadán marchó a Castilla, donde se sentía tan a gusto como en el paraíso, le presentó en la corte de Alfonso VIII (ca. 1195). Estuvo largo tiempo en España cantando los elogios del rey de Castilla y también del rey de Aragón, Pedro II, hijo de Alfonso II de Aragón. Murió en Lombardía, donde pasó sus últimos años huido de los albigenses. Son cincuenta los poemas que han llegado de este trovador, pero solamente seis de ellos conservan la música. Es digno de señalar su descort Qui la ve en ditz. BIBLIOGRAFÍAR....

Este sitio web utiliza cookies, propias y de terceros con la finalidad de obtener información estadística en base a los datos de navegación. Si continúa navegando, se entiende que acepta su uso y en caso de no aceptar su instalación deberá visitar el apartado de información, donde le explicamos la forma de eliminarlas o rechazarlas.
Aceptar | Más información