Bufo

I. HISTORIA DE LOS BUFOS

El joven Telémaco es la obra que, con 33 representaciones seguidas, inició el género en España, con texto de Eusebio Blasco y música del compositor alicantino José Rogel. El libreto estaba basado en lo grotesco y a esa realidad respondía la música, que no pretendía crear una obra dramática, sino buscar la diversión. La burla del ambiente griego dejó unos versos que se hicieron famosos en la década de 1870, pertenecientes al coro de las suripantas: “Suri panta, la suri panta/suripanta de somatén/makatruki de somatén/sun faribún, sun faribén/maka trúpiten sangarinén”. De estos versos surgirá el término “suripantas”, que ha quedado como símbolo de las cómicas de poca categoría y complacientes, y la música de este coro fue cantada y conocida en todo Madrid, especialmente el número “Me gustan todas en general”. Arderius define en sus memorias o Confidencias la finalidad del género: “En esta bendita tierra somos muy aficionados a reírnos. Ni los males de la madre patria, ni los años de mezquinas cosechas, son causas suficientes para quitarnos el buen humor; por consiguiente tenemos algo de bufos en nuestro ser. ¡Pues habrá bufos en España!” El joven Telémaco estaba basado en una obra de Fenelón y logró imponer un modelo con vida corta pero muy activa: “El Dios Éxito coronó mi empresa y hoy en todos los teatros de Madrid, desde el humilde café cantante hasta el aristocrático ... (excusamos de nombrarlo), hay una tendencia tan marcada hacia el género grotesco, que trasciende a cien leguas de distancia”.

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