ACTO PRIMERO Escena primera (Una cafetería.) La emperatriz(s), hija del potente genio Keikobad, no proyecta ninguna sombra: es el signo de su esterilidad, de la predominancia del espíritu sobre la carne. Los cuerpos en los que se ha encarnado hasta aquel momento no han sido más que apariencias engañosas: el emperador (t) la había capturado el día que ella había adoptado la forma de una gacela. Desde entonces éste pasa las noches junto a ella, pero cuando amanece parte para recuperar el halcón rojo que perdió el día en que capturó a la joven presa. Un enviado de Keikoba (bar) acaba de advertirá la doncella de la emperatriz que debe recordar a su señora que sólo le quedan tres días para encontrar otra sombra; pasado este plazo, el emperador se convertirá en piedra. Este, que ignora la amenaza, sale tres días en busca del halcón. Pero el halcón (s) llega por si solo a la cetrería y recuerda el peligro a la emperatriz, que ordena a su doncella (ms) que la lleve con los humanos, para que pueda procurarse una nueva sombra.