Gabriel Melitón Baños

FORMACIÓN (1850-1870)

Nació en la feligresía de San Lorenzo en Toledo e inició sus estudios en la Academia Musical de la Sociedad de Amigos del País de Toledo, dirigida por el organista de la catedral primada Rufino Rodríguez Garibay. Según F. Rubio, Baños “mandó a su hijo Arnaldo, ya próximo a morir, que a su presencia, y sin que se salvara ninguna, destruyese una por una las obras del maestro y las suyas, que formaban una serie larguísima”. Según indica López Fando, Baños debió de seguir de cerca las enseñanzas de su maestro Rodríguez Garibay, con el que tenía una relación muy estrecha. En torno a 1870 se fecha la edición que Antonio Romero hizo de las obras para órgano Elevación y Fuga orgánica, op. 3 (para la comunión). Ambas obras llevan la dedicatoria que a continuación se transcribe, testimonio de la profunda admiración, respeto y reconocimiento que demostró siempre hacia su tutor: “A mi querido Mtr. D. Rufino R. Garibay”. Las indicaciones demuestran el amplio conocimiento práctico que tenía Baños del órgano, y así, en la Elevación, aparece el texto siguiente: “Si hubiera tres teclados, se pondrá en uno expresión, en otro flautados y en otro octava y tapadillo; si hubiera solamente dos, se pondrá en uno expresión y en otro flautados de 13 y violón y octava, tocando en este modo todo lo que no va marcado con expresión”. La obra en sí merece ocupar un lugar preeminente en la historia del órgano romántico español por su gran inspiración y Baños demuestra en ella haber alcanzado un nivel técnico difícil de creer en una persona de sólo veinte años. Pudiera incluso ocurrir que la datación apuntada de estas obras fuese errónea: la fecha de 1870 se basa en el número de plancha y se sabe que Antonio Romero, el editor, reservó bastantes números correlativos para la colección “Música Religiosa” dentro de la cual apareció toda la obra de Baños consultada. Estos datos referentes a datación e impresores se deben a la obra de José Carlos Gosálvez Lara La edición musical española hasta 1936. Quizás uno de los momentos más logrados de estas obras sea la reexposición del tema de la Fuga que después de la exposición en modo menor y de todo el desarrollo dominado de forma clara por esta modalidad, se reexpone en La mayor, constituyendo una sección contrastante y a la vez estrechamente relacionada con el resto de la obra, que más que una reexposición adquiere el papel de una coda. El tema de la Fuga conduce desde la tonalidad principal, La menor, al tono de la dominante.

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