I Pagliacci

ACTO PRIMERO

El día de la Asunción, una compañía de teatro ambulante instala su escenario para la representación de la noche. Se adama a Canio (t), el patrón, quien, en la pantomima, será Payaso. Al pensar que su joven, esposa, Nedda —Colombina—, pudiera vivir una intriga amorosa en la vida real, pone en guardia a todos contra el inicio de una tal empresa («Un tal giuoco»), pues, dice, «el teatro y la vida no son lo mismo...» Todos se alejan y Nedda (s), que se ha quedado sola, piensa con temor en las amenazas de Canio y luego evoca la libertad de los pájaros («Stridono lassú») en un canto lleno de seducción que Tonio (bar), el bufón de la compañía, lastimoso y deforme, escucha encantado. Nedda, a la que confiesa su amor («So ben che difforme»), le pega en la cara con un látigo, y Tonio juro vengarse cuando llega Silvio (bar), el amante de Nedda, que la presiona para que abandone su vida miserable y huya con él aquella noche (dúo: «Decidí il mió destino»).

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