Invitación al vals

(Die Aufforderung zum Tanz). Brillante rondó para piano Op. 65 (J. 260) de Carl Maria von Weber, compuesto en 1819. Es el primer ejemplo genial, en la historia de la música, de un vals «vienés» loco por él mismo. En la dedicatoria, a su esposa, Weber le «explica» la significación de la lenta introducción: «Primera invitación del caballero (compases 1-5). Rechazo de la dama (5-9). Insistencia del bailarín (9-13). La dama acepta (13-16). Diálogo corto, primero él (17-19), luego ella (19-21). Él se muestra más ardiente (21-23), ella responde de la misma forma (23-25). Propone el baile de manera directa (25-27), ella responde (27-29). Se aproximan (29-31), se preparan (31-35). Vals. Al final, el caballero da las gracias a la dama. Ella responde. Se separan. Silencio.» El vals propiamente dicho es característico del romanticismo de Weber por la sucesión de cuadros visuales con...

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