José Brocá Codina

17/12/2014 2.341 Palabras

I. BIOGRAFÍA Fue uno de los guitarristas más importantes de la generación que sucedió a la de Aguado, Sor, Huerta y Ciebra, así como uno de los que contribuyeron con obras de mayor calidad musical al enriquecimiento del incipiente repertorio guitarrístico. Brocá comenzó sus estudios musicales siendo muy joven con el MC de Reus y pronto, según sus biógrafos, mostró su predilección por la guitarra llegando incluso a recibir clase del propio Dionisio Aguado. Se sabe que su principal actividad profesional discurrió sin embargo en las filas del ejército, como en su momento también la de Federico Moretti, otro militar fundamental en la historia de la guitarra. Formó parte de la Milicia Nacional de Reus al tiempo que compaginaba su actividad militar con la enseñanza de la guitarra. Según Francisco Gras y Elías, Brocá había sido entusiasta de Rafael del Riego, compositor romántico de repertorio para guitarra anterior a Tárrega. En 1833 entró a formar parte, con el rango de subteniente, del séptimo batallón franco de Cataluña, y luchó entonces con el ejército isabelino en la guerra civil carlista. Herido en combate, se retiró a Reus para recuperarse y poco después se estableció como profesor de guitarra en Barcelona, donde llegó a ser “el maestro de moda, siendo solicitado para dejarse oír en algunas reuniones y casas particulares, como era buscada su enseñanza por alumnos distinguidos ya entonces o que se distinguieron luego”, según el artículo que le dedicó Antonio Bofarull en el diario Las Circunstancias de Reus. Francisco Gras y Elías completa datos de este período con la siguiente referencia: “Él puso otra vez en moda ese instrumento español, fue el maestro de gran número de señoritas, y extendió su afición entre todas las clases sociales. Y en tanto que unos le comparaban al célebre Ferrán (Fernando Sor), otros decían superaba a Huertas, padre [sic, Trinidad Huerta]; pues, conocedor como pocos, de cuanto se había escrito para la guitarra, arrollaba cuantas dificultades se le presentaban; las piezas más difíciles de ejecución las interpretaba con una naturalidad asombrosa y con tal expresión, sentimiento y maestría, que arrebataban al auditorio”. Dio también algún concierto público en esta época de apogeo de su fama como guitarrista. En 1854 reingresó en las filas del ejército, ascendió a capitán por orden del 20 de julio del propio año, para retirarse dos años más tarde con la misma graduación fijando su residencia definitiva en Barcelona, donde residió los últimos años de su vida “lejos del mundo, en una torre de los alrededores de Barcelona” (Francisco Gras y Elías). En 1870 sufrió un ataque apoplético que le imposibilitó para el ejercicio del arte durante los doce últimos años de su vida. Entre sus alumnos más destacados hay que nombrar a Cristina Palmer, a quien dedicó su fantasía El destino, Domingo Bonet y Espasa, al que dedicó el Pensamiento español, y José Ferrer. Este último comenzó sus estudios con Brocá cuando su padre le mandó a Barcelona en 1860 y quince años más tarde escribió en París una muy interesante composición, titulada Recuerdos de Montgrí, dedicada a su maestro Brocá que, a su vez, le había dedicado la fantasía con variaciones titulada La amistad.

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